jueves, 13 de octubre de 2011

DE PUERTO MONTT y PUERTO VARAS (CHILE) A BARILOCHE (ARGENTINA) hasta SANTIAGO DE CHILE - 1500 KM.


Después de la travesía de 4 días en barco por los fiordos llegué por fin a Puerto Montt, donde tuve el privilegio de conocer a Domingo, un taxista muy afable y abierto que supo 'camelarme' en la misma salida del puerto. Padre de familia numerosa, infatigable trabajador y gran conversador, me propuso conocer su ciudad de una forma que no puede conocer ningún turista ; él me enseñó rincones únicos, lugares típicos, comí el mejor salmón de mi vida, me amenizó con constantes anécdotas e historias y mantuvimos unas conversaciones interminables sobre Chile, sobre su reciente prosperidad, su arraigado patriotismo y su laboriosidad que le hacen estar entre los 10 países que mas crecen en el mundo ; le caí bien, porque me incluyó en el lote dos excursiones, una a Puerto Varas, famoso por su Casino, por su lago Llanquihué (lago profundo en nativo; más de 350 metros) y por su rivalidad con Puerto Montt. Desde Puerto Varas y su lago se puede navegar por la ruta de los lagos hasta Bariloche, casi 1500 kilometros, imaginaos lo grande que es esta Patagonia ; y la ultima excursión fue a Calbuco, un pequeño islote defensivo que en su día protegía la bahía de Puerto Montt y que hoy es una pequeña villa de gentes muy agradables, como Celene, bondadosa en extremo y su ahijada Angela, gran futbolista, brava chilena y muy trabajadora. Toda mi ruta está salpicada de encuentros con buena gente, que muestran la parte más atrayente de los seres humanos : el amor al semejante, la sonrisa regalada, la hospitalidad preocupada y otros cálidos y exclusivos detalles, a cual más peculiar. Este es el tesoro mas grande que voy guardando en este viaje y que queda muy dentro de uno ; sólo viviendo estas experiencias es posible entender que las personas mudan cuando viajan, porque el contacto humano lo hace así de probable.
El viaje a San Carlos de Bariloche fue largo, pero al estar salpicado de paisajes andinos tan espectaculares, se hizo mucho mas ameno ; contemplar la naturaleza así de majestuosa y agreste entretiene y eleva la mente. Bariloche, al pie del lago Nahuel Huapi (lago del jaguar) y sus 7 lagos o brazos anexos, te recuerda a Austria o Alemania, por eso hay tantos descendientes de esos países en esta ciudad. Cuando llegué, lucía un sol extraordinario, pero a las pocas horas aparecieron las cenizas del volcán Puyehué que lleva 4 meses expulsando ceniza. Se hizo irrespirable mi estancia allí (contienen partículas microscópicas de sílice, -cristal- que son peligrosas para el sistema respiratorio) ; parecía que estuviera todo como nublado ; las montañas de cenizas barridas y amontonadas se podían ver por todos los rincones de la ciudad, y es una pena que un lugar tan hermoso y turístico quede apagado por este fenómeno natural, pero los habitantes de Bariloche parece que lo llevan bien, con buen ánimo, pese a que su fuente de ingresos, el turismo, está peligrando. No pude quedarme mucho tiempo allí y viajé a mi próxima etapa, la capital de Chile : Santiago.

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