PATAGONIA - PENINSULA VALDES

Cuando cruzo el rio colorado, entro en la Patagonia, una de las regiones más agrestes e inhóspitas del planeta, donde apenas llueve ; es una enorme estepa de arbustos. El paisaje es monotono y solo una buena conversación en el autobús con mis dos compañeros de asiento anima la travesía ; he salido de Mar del Plata y me dirijo a la península de Valdés, a 1200 km de distancia; La península es un Monumento Natural, la máxima protección que existe ; situada en la provincia de Chubut, -que significa agua transparente en tehualtepa, los habitantes nativos de estos lares-, la península está rodeada de enormes acantilados a modo de murallas y el mar que la circunda es muy profundo ; por eso es el habitat natural preferido de ballenas francas ( mansas y curiosas ), de elefantes marinos ( los mejores buceadores del mundo, descienden a profundidades de 1500 metros para cazar los calamares gigantes ) y de pingüinos ( confiados y muy tranquilos ) ; la Peninsula apenas está habitada; solo tiene algunas granjas solitarias que se dedican al ganado lanar ( hay unas 120.000 cabezas guiadas por expertos gauchos que tardan dos minutos en esquilar a una merina ) ; Valdés tuvo 2 salinas muy importantes, hasta que a principios de siglo XX se inventaron los barcos refrigeradores y acabaron con el negocio de la conservación en sal ; la sensación de estar un lugar salvaje y natural se acentua cuando paseas en barco y surgen de repente a escasos metros de la quilla enormes ballenas que miran con curiosidad ; o cuando paseas por sus playas y te encuentras a los enormes elefantes marinos, que luchan constantemente por aparear a las hembras ; o cuando en la cima de los acantilados te encuentras a las colonias de pingüinos tan pequeños e inofensivos ; viajar a la Península Valdés ha sido un viaje en el tiempo, a la pre-historia, cuando solo existía la salvaje naturaleza y el hombre tenía que convivir en ella. Próxima parada, Puerto Madryn.