miércoles, 31 de agosto de 2011

CATARATAS DEL RIO IGUAZU - ETAPA 1

Día 30 de agosto de 2011.- A las 8 de la mañana tomo un avión de Goiania a Foz de Iguaçu. Hago escala en Río de Janeiro, la única ciudad americana que fue visitada por un rey europeo, Juan VI de Portugal, que estableció allí su corte durante 13 años (1807-1821) dejando a su hijo Pedro como heredero y posterior emperador de Brasil. Noto que cada vez me gusta viajar menos en avión, aunque su velocidad es muy cómoda, no tanto los asientos de turista. A las 12.30 llego por fin a Foz. Voy cargado con una maleta cómoda para desplazar, con 4 ruedas, y una mochila cargada en a la espalda. Total : 40 kilos. Soy mitad mochilero, mitad turista. Ese es todo mi bagaje. Ropa, zapatos, computadora, cámara de fotos, botiquín, útiles de aseo y poco más. Y 2277 dólares. Pregunto en el aeropuerto en mi portugués fluido por el autobús que lleva a las cataratas del Iguazú ; el autobús sale de la misma puerta del aeropuerto ;  a pocos kilómetros está el complejo turístico brasileño ( hay otro en argentina) donde se puede practicar safari, rafting y otras actividades lúdico-deportivas. En el Centro de Visitantes hay unas taquillas donde dejo la maleta y la mochila, almuerzo rápidamente una empanada y un poco de agua y me encamino por el sendero señalizado hacia las cataratas ; A medida que me acerco el estruendo de las aguas se va ampliando hasta que, majestuosas, aparecen a mi vista ; no me extraña que Álvaro Núñez Cabeza de Vaca, el primer europeo que las contempló en 1542, las describiera algo así como que “el agua golpea de tan grande golpe que de muy lejos se oye y la espuma del agua, como cae con tanta fuerza, sube en alto muchísimo“ ; a cualquiera fascina tal espectacularidad. Iguazú, en guaraní significa agua grande. Después de hacer mis oportunos videos y fotos, volví en autobús hasta la terminal de autobuses de Foz, y de allí tomé otro autobús a la terminal internacional de onibus, dónde saqué mi billete para Asunción en la empresa Nuestra Señora de la Asunción. Tardé 4 horas en llegar, sin contar la hora que estuvimos saliendo de la ciudad de Foz y parados en la frontera con Paraguay. Llegué a Asunción a las 12 de la noche y me dirigí a la casa de Diana, una ''couch-surfer'' muy simpática, hospitalaria y agradable ; es profesora de arte y musica para niños que requieren educación especial ; ella me alojará los días que pase en su ciudad. Continuará. Ahora toca dormir.

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